martes, 31 de agosto de 2010

FOREVER DIO¡¡¡¡

      Se murió Dio, y yo creo que a nadie le ha importado. Bueno, a lo mejor sí.  O será que nos hemos acostumbrados a morirnos. Tal vez, ya se había muerto hace mucho. Desde que tocaba con Rainbow aquel tema que me encantó,
-Man of the silver mountain- porque aquí en España éramos minoría los que nos gustaba esa música. Y estábamos muertos para muchos que nos miraban con curiosidad. Pasó el tiempo y aquel duende se hizo imprescindible en Black Sabbath. Discreto pero efectivo. Una buena voz a la que dedicó todo el tiempo, ya que era lo que mas le importaba. Tengo la sensación de que se ha ido discretamente y como dice Glenn Hudges, era la persona mas amable con la que jamás me he encontrado. Nadie es imprescindible desde luego. Pero tengo la sensación de que se nos mueren muchos colegas. Ha sido un año bastante duro para el rock. No era guapo, no era alto, no era de ese tipo de artistas que gustan a las discográficas ni levanta el morbo de las revistas que solo venden basura. Pero era un gran cantante. Joder, hay que ser un hijo de puta, un mafioso para que se hable de uno.. jaja.. es cierto. Ha sido un adiós sin eco el que se ha brindado a Dio. 

     Al príncipe de las tinieblas del Heavy Metal no se le ha llorado como a otros famosos. Pero para nosotros siempre tendrá su sitio en nuestro rock imprescindible. Tal vez es, que ya no nos quedan lágrimas para combatir la desdicha por los que se van. Pero es que nos morimos lentamente. Cuando se nos muere alguien así, nos apagamos algo en cierta medida. Somos unos ilusionistas estúpidos. Imbéciles. Puede ser. Es la diferencia entre ellos y nosotros. Sin duda quienes llevamos la música dentro, somos diferentes a quienes la sacan de ella. Algunos venderían el mundo
por un anillo de baratija...

      Dio era un Storyteller... un cuenta cuentos, pero dicho en inglés. En español suena a canta mañanas, con la jerga de los ladrones ambiciosos. Pero en inglés me suena a la tradición de quienes relataban historias mas allá de la edad de los tiempos. Recuerdo a Magnum, aquel "storyteller night" A Ronnie James Dio, lo tomamos en cuenta cuando descubrimos que Holy Diver era la esencia pura de los guiones que ahora tienen tanto éxito en el cine. Historias mas allá de ficciones y laberintos de videojuego.

      Ronnie era de otra época....la de la libertad de pensamiento en el rock...La del rock independiente, underground. La época del cómic, de meterte en tu cuarto, y pensar en tu viaje mas allá de los sueños. Volar sin que nadie te moleste. Cuando llegan sus relatos, es cuando las canciones empiezan a cobrar vida entre el público español. No había murciélagos, ni montajes, ni guiños con Alister Crowly.
      EL mago Ronnie iba por su lado transmitiendo emociones. Buena voz, buenos giros y el asedio al mundo de los sentidos seguía su camino a las profundidades entre la religión y la osadía.  Con él, la oscuridad era menos negrura. El rock que Ronnie defendió es aquel al que le cuesta llegar porque muchos le ponen zancadillas. El rock que se deja preñar de ideas rebeldes de donde sea. El heavy rock de poder y fuerza. He viajado paralelo a su música siempre. Holy Diver me lo regaló Vicente Romero al volver de Londres, tras un encargo que le hice. Me jodió que RJD tuviera que luchar contra ese tipo de cancer que no perdona. Al principio creía que no podría ocurrirle... luego después me di cuenta que tenía ese número al azar que te lleva para siempre en una nave transparente e invisible, al mundo de los vivos para siempre.
      El rock se cobra su venganza. Pero el sentimiento es altivo, inmortal y abrasa entre las ganas de vivir. Amigo Dio, a veces tus trajes eran como si tu hada madrina te hubiera abandonado. Pero nos daba igual porque te adoramos.

CARLOS PINA  -julio 2010

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