miércoles, 11 de agosto de 2010

STONER

  Hendrix nos enseñó a quemar la guitarra y hacer hogueras para celebrar el triunfo de nuestra supervivencia.
Paz, amor libre, flores, festivales sin disparos ni bombas. Poemas para declamar en las tiendas de
campaña, entre barro, porros y sensación de romper con las ataduras de lo absurdo. 
Iron Butterfly, nos mantuvo pegados a la idea de una vida psicodélica con guitarra. Ahí fuera nos alumbra una
piedra incandescente enamorada de nuestra alma, de los sonidos, de la poesía que empapa las canciones.
Una invasión interior sin reglas, sexo y rock and roll. Desde los desiertos del sur a las nieves del norte.
Desde Elvis Presley a Spiritual Beggars. Hacia el infinito, a las estrellas y mas allá. La locura burbujeante de un mar y su espuma. 
El Stoner es un planeta en llamas, abrasando, derritiendo y acariciando desde el mundo de los estilos.

  A finales de los sesenta llegó una explosión de magma puro. Los años setenta por nuevos, fueron importantes
e innovadores y de todo el amor esparcido, surge el presente. Un gran Sol, enamorado de La Tierra.
No tengo muy claro que Stoner, signifique una sola cosa. De hecho, ningún músico conocido me ha dicho que reconozca
stoner como el estilo de música que hace. Ni siquiera Joss Home, QOSA.

  Pero algo se esconde, desde los amplis Orange hasta los Marshall y bajo los cimientos del sonido garaje, y al lado
de las viñetas de Kiss. Desde las dulces melodías de Cream, a los bosques escarpados de Mountain. La poesía maldita.
La que pone nombre a las ideas de los sueños, posibles e imposibles. Arcas doradas e idílicos paraísos. 

 Hay tanto amor entregado y prostituido entre poemas, que tenemos que buscar en los anales del rock.
En la originalidad del mismo, y descubrir que en el siglo 21, se pretende encontrar el no va mas, sabiendo, que mezclar
los colores apropiados con la fuerza y el ímpetu arrollador, es el multiorgásmico universo de los sentimientos. Como buitres
deshonestos, cortando retales de las esquinas para hacerse un edredón de parches. Un colage inteligente y apasionado,
con el calor de un sol radiante. La luz dispersa de los sentidos.

 Vivimos en una enorme piedra que nos mantiene con vida y nos la quita. Que respira y viaja en una especie de gran vacío
amniótico. Resulta curioso, nos movemos entre rock'as con vida propia. Y con unos corazones en fusión constante.
Me ha hablado, y me ha contado una vieja leyenda de hombres y mujeres que le dedican poemas y sonidos
¡¡Y eso la vuelve loca!!

  La sensualidad esta dentro de los humanos y la poesía debe de ser -jugar con fuego. Arder antes que desvanecerse.
Un planeta y una estrella, como amantes desesperados. Y nosotros en medio, con La Luna como convidado de piedra.
Como el gran ojo transmisor de corazonadas.

  Y cuando la grandiosidad nos supere, lo bueno es volver a uno mismo y vivir los latidos como si fueran los últimos.
Hay personas que saben mentir, convenciéndonos de lo bien que escriben, otras se desbordan en cada palabra, llenando
todo de humanidad. Pon en una balanza tus preferencias. Y cada uno que elija sus armas. Las palabras enredan todo y nos
meten en laberintos impensables. La Tierra me volvió a hablar y me ha contado una vieja leyenda de mujeres y de hombres
que nos asaltan con la desnudez de sus sentimientos, rozando, besando, y provocándo en nosotros sensacionessssss.
-Para mi amiga María de Carlos Pina '10

3 comentarios:

  1. Mi amiga Maria de Malaga me pidió una intro sobre EL Stoner... àra la publicación de su nuevo álbum de poemas, STONER.

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  2. Y por eso y mil cosas mas...siempre te estaré agradecida.

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  3. ¡Qué sorpresa, un blog de Pina!
    Da gusto leerte en estos tiempos en que impera la gramática y el verbo más aberrates que jamás haya conocido cualquier diccionario.
    Yo intente a los Iron Butterfly pero fueron too much para mi (hablando de aberraciones gramaticales...) Lo digo por el anglicismo.

    Un besito Carlos, soy Pati (la del indie y las joyas)

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